Las más elementales normas de higiene aconsejan la eliminación de insectos en locales habitados por el hombre. Este hecho, con el que nadie discrepa no está motivado sólo por el temor de sus picaduras, o por la repugnancia que algunos de ellos nos produzcan, sino porque la mayoría de estos pequeños animales son transmisores de enfermedades, siendo el más problemático en este sentido la cucaracha.